LAURA: Hola, Antonio. ¿Qué haces?
ANTONIO: Hola, Laura. Estoy buscando en Internet información sobre cómo cuidar a las mascotas.
LAURA: ¿Y por qué buscas este tipo de información? Tú no tienes ninguna mascota.
ANTONIO: Ese exactamente es el problema. A lo largo dea lo largo deA lo largo de mi vida he tenido varias mascotas, pero nunca las he cuidado bien. Tengo que cambiar eso.
LAURA: A ver, cuéntame. Siempre me interesan mucho las historias de tu vida.
ANTONIO: Estas son un poco tristes.
LAURA: Da igualda igualDa igual, quiero oírlas igualmente.
ANTONIO: Muy bien. Mi trágica historia con los animales empezó hace 15 años, cuando le di chocolate al perro de mi prima.
LAURA: Pero eso no se puede hacer, el chocolate es muy malo para los perros.
ANTONIO: Ahora lo sé, pero hace 15 años no lo sabía.
LAURA: ¿Y qué pasó con el perro?
ANTONIO: Se puso muy enfermo, pero por suerte no se murió. Mi prima fue rápidamente al veterinario y el perro se curócurarsese curó después de unos días.
LAURA: ¿Y alguna vez has tenido mascotas en casa?
ANTONIO: Por desgracia para ellas, sí.
LAURA: ¿Qué tipo de mascotas?
ANTONIO: Cuando tenía 10 años mis padres me regalaron por mi cumpleaños una pecerapecera (f.)pecera con tres peces, eran muy bonitos.
LAURA: Ohhh, me encantan los peces. ¿No me digas que les hiciste algo malo?
ANTONIO: Intencionadamente no, pero los maté.
LAURA: ¡Qué triste! ¿No limpiaste la pecera? ¿La temperatura del agua no era la adecuada? ¿No utilizaste un filtro?
ANTONIO: Nada de eso, cometí uno de los errores más tontos del mundo.
LAURA: ¿Cuál?
ANTONIO: Ponerles demasiada comida. Les eché la comida de una semana entera antes de ir a la escuela. Cuando volví, los peces estaban muertos.
LAURA: Antonio, no se puede hacer eso. A los peces hay que ponerles la comida poco a poco.
ANTONIO: Ahora lo sé, pero antes no lo sabía.
LAURA: No puedes decir siempre lo mismo.
ANTONIO: Pero mi catastrófica historia con los animales todavía no ha terminado.
LAURA: Ya no sé si quiero seguir escuchando como sufrieron los pobres animalitos que pasaron por tu vida.
ANTONIO: Mi última historia tiene un final feliz, al menos para el animal.
LAURA: A ver, cuéntamela.
ANTONIO: Pues todo empezó hace más o menos dos años, el día de mi cumpleaños. Yo estaba volviendo a mi casa andando y vi un pajarito pequeño en el suelo que no podía volar.
LAURA: ¿Y qué hiciste?
ANTONIO: Pensé que podía ser mi regalo de cumpleaños, así que me lo llevé a mi casa y compré una jaulajaula (f.)jaula.
LAURA: Yo creo que a los pájaros no les gusta estar en jaulas, especialmente si son muy pequeñas.
ANTONIO: Tienes razón, mi pajarito estuvo una semana dentro de su jaula, no parecía estar muy feliz.
LAURA: ¿Y qué pasó? ¿Se murió?
ANTONIO: No, para nada. Un día, dejé la jaula abierta por error y se escapó. Salió volando por la ventana y se fue en dirección al parque. Yo bajé rápidamente para buscarlo, pero no lo encontré. Me puse muy triste.
LAURA: Teniendo en cuentatener en cuentaTeniendo en cuenta tu experiencia con los animales, creo que escapar de tu casa fue lo mejor para ese pajarito.
ANTONIO: Sí, tienes razón. Pero ahora quiero tener un gato. Y te prometo que voy a ser un dueño muy bueno.
LAURA: Pues te dejo buscando información en Internet. La vas a necesitar. Adiós, Antonio.